¿Leche de reno o autotransfusiones?

¿Leche de reno o autotransfusiones?

Lun, 19/10/2020 - 15:43
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El 21 de noviembre de 1980, Lasse Viren, uno de los mejores atletas de todos los tiempos, se despide de las pistas. Su última carrera fue en el cross country de Gateshead, en Inglaterra. Un finlandés, un mito, un ejemplo de fortaleza y determinación, un hombre enigmático, estas son varias formas de describir a un súper clase que protagonizó algunos de los capítulos más recordados de los Juegos Olímpicos.  

Múnich, 1972. El debut olímpico de Viren fue en la prueba de los 10 mil metros. Lo que ocurrió jamás será olvidado.  En la final, el larguirucho, de barba rala y gesto hosco corría con soltura, integrando el grupo de avanzada. En la vuelta número doce (más o menos la mitad de la carrera), el europeo tropieza y cae, los punteros se alejan, todo parece perdido. Pero Lasse Viren se levanta, sigue corriendo y empieza a escalar puestos hasta colocarse, otra vez, a la cabeza y ganar la prueba. Medalla de oro, con un tiempo de 27.38.4. ¡Nuevo récord del mundo!

Esa sola hazaña hubiera bastado para que el atleta quedara, para siempre, en la historia grande del deporte, pero era nada más que el comienzo del camino. Una semana más tarde, las miradas estuvieron puestas en él; corrió y ganó la final de los 5.000. Logró el doblete en unos mismos Juegos, proeza solo conseguida por su compatriota Kolehmainen (1912), el extraordinario checoslovaco Emil Zatopek (1952) y el soviético Kuts (1956).

¿Qué pasó después? El finlandés prácticamente desapareció, consiguió algunos resultados mediocres a nivel europeo y poco más. No era como los otros. No necesitaba atención constante. En su mente solo estaban los Olímpicos.

Llegó en plena forma a los Juegos de Montreal 1976. La expectación era máxima y lo hizo de nuevo. Ganó los 5 mil y los 10 mil. ¡Doble doblete! Fue el primer atleta de la historia en conseguirlo. (Muchos años más tarde, el británico Mo Farah repitió la hazaña en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Río de Janeiro 2016). Pero Viren no estaba conforme y quería ir por lo que solamente Emil Zatopek había logrado, ganar en unos juegos los 5 mil, los 10 mil y el maratón. En la prueba reina llegó quinto, pero eso no borró ni un ápice de su grandeza.

Sus logros han ido acompañados por la sombra del dopaje. Se especulaba, cuando aún estaba activo, que combinaba el entrenamiento en altitud con autotransfusiones de sangre (comúnmente denominado como dopaje sanguíneo). Y aunque este siempre ha sido un tema molesto para Viren, es necesario aclarar que esta práctica no era ilegal en los años 70, y que solo fue prohibida a partir de 1985. Cuando los reporteros le preguntaban, maliciosamente, cuál era su secreto, el mítico finlandés, simplemente, respondía que tomaba leche de reno.