Nacido en Bélgica, fue un destacado investigador de la cultura atacameña, a cuyo estudio dedicó 25 años de su vida. Fue el creador del museo arqueológico de San Pedro de Atacama que lleva su nombre. Además de su trabajo como arqueólogo, impulsó en la zona la construcción de obras de interés social, como hospitales, escuelas y caminos. En 1972 le fue concedida la ciudadanía por gracia, al igual que doctorados honoris causa en la Universidad de Chile, la Universidad Católica y la Universidad de Norte.